Bienvenid@s a el Baúl de Elfi, un lugar donde explorar el erotismo y la sensualidad con los cinco sentidos.

jueves, 19 de marzo de 2015

La Calidez. Parte 12

El día a día esta acabando con mi potente sexualidad que tantas tardes de gloria y placer me había proporcionado.
Por fin liberada podía dar rienda suelta a lo mas salvaje de mi ser y estaba completamente dispuesta a ello.
Los vellos de mi piel se erizan, mis pezones se excitan con tremenda facilidad, la situación me puede y no pienso resistirme.
No quiero seguir mas el orden establecido, quiero dejar mis movimientos libres, recorrer tan sugerentes cuerpos con mis manos, con mi boca, mi lengua, mis senos, cada pedazo de mi.
No puedo resistirme mas, la pasión que azora los instintos mas primarios de mi ser mueve mi mano hasta sentir bajo ella la dura, tersa y a la vez suave piel del magnifico cuerpo que se encuentra a mi derecha.
Dura, grande, robusta, hacia tanto que no sentía en mi mano palpitar un miembro de semejante tamaño, que en ese preciso instante todo lo que divisa mi mente son enormes y vigorosos penes.


-        Cualquiera frena a Anzhi, eh Philippe?
-        Deja que se sienta a gusto, hoy es su día.

En este momento daría cualquier cosa por que las telas que hacen de pantalón desaparezcan de inmediato, con cada movimiento aparecen y desaparecen a mi alrededor unas piernas potentes, extremadamente musculadas. Jamás me he sentido impresionada con la presencia masculina, pero estos últimos años habían adormecido mi ser mas animal.
El tacto de las telas comienza a dejar paso a unas potentes y muy masculinas manos que agitan mi sentir, la pasión asciende a ritmos casi olvidados para mi, la sangre viaja rápida mi cuerpo propaganda la enorme excitación que provoca el roce de sus dedos. Caliente, muy caliente, empiezo a sentir una incipiente humedad en mi sexo, por un momento cierro mis ojos para que sea el tacto quien se encargue de comunicarme todo lo que ocurre.
Seducida, entregada.... tantas enormes y poderosas manos recorriendo mi cuerpo, acariciándome, presionando mi piel, estan consiguiendo hacerme florecer, volver a sentir mi cuerpo vivo y mi alma ilusionada.
Aruna junto a mi, recibe el mismo tratamiento, aunque se de buena fe, que ella no es que necesite nada extraordinario, vivir con Philippe es garantía de excitación diaria.
Situándose al unísono bajo mi, seis manos pertenecientes a tres de ellos, comienzan a elevar mi cuerpo con facilidad, como si de una pluma se tratase me incorporan hasta dejarme de pie entre ellos. Sus fornidas manos, pegadas a mi piel, recorren con un sensualidad brutal cada rincón de mi excitada anatomía. Las manos de mi espalda se encargan de subir la ligera camiseta que cubre mi torso, sentir como se va desnudando mi intimidad en presencia de tantas personas mas que importunarme, excita aun mas mi dormitada pero no perdida sexualidad, puedo verlos hipnotizados con el espectáculo que ofrecemos mis amantes y yo, mis manos se deleitan con la firmeza de sus cuerpos, menudo festín para los sentidos.
Mis pechos desean el contacto y no tarda en llegar, desde atrás con firmeza se cuelan dos brazos por mis costados, nervios, inquietud, ganas de que llegue el momento de conexión entre sus manos y mis pezones. Un ligero roce de su yema provoca que un gemido, entrecortado y tímido, salga de mi arrojado, expulsado.
Constante, firme, con una habilidad suprema va amasando mis pechos a su gusto, los aprieta contra mi, los recoge entre sus manos, estira mis pezones con delicadeza pero con la intensidad necesaria para que mi cuerpo serpentee con su acto, apretando mi espalda y mis nalgas contra el puedo sentir la tremenda monstruosidad que se roza con mis glúteos, si la que he podido tocar me parecía de un tamaño magnifico, la que siento detrás solo puede ser gigante, uffff.

Mis senos desnudos y excitados son ahora el fruto que saborean los dos adanes que se encargan de custodiar ambos flancos de mi cuerpo, sentir sus bocas besándome, chupandome, mordiéndome, lamiéndome, provoca que mi sexo ya húmedo, suba de temperatura y consiga dominar todo mi ser, quiere sentir el miembro duro que empuja mis nalgas a través del fino pantalón hundirse en mi interior.

Situándose de rodillas frente a mi, mirándome fijamente a los ojos uno de mis adorables compañeros de juego, coloca sus manos sobre la tela, puedo sentir el ardor de sus manos quemar mi piel, los besos, tiernos y dulces, que comienza a darme por encima de la prenda de ropa, traspasan mi piel convirtiéndose en una consecución de gemidos.

-        Bájalo cariño, cómeme, cómeme entera...

Aunque no hablásemos el mismo idioma, entendía perfectamente mis palabras, bajando de inmediato mi pantalón, deja mi cuerpo completamente desnudo.
Me empieza a encantar el sentir todos esos ojos atentos a mi anatomía, viendo como disfruto con el regalo de la vida.
Mis ojos se llenan con el blanco de las orquídeas que espontáneas crecen en los troncos de las diferentes plantas que habitan el jardín, el poderoso contraste de colores, excita aun mas mi imaginación, el recuerdo de las orquídeas de casa inflama aun mas mi sexo, fantaseo con la posibilidad de encontrarnos en el salón de casa, con la posibilidad de que me pillen en semejante momento clandestino y un primer y concentrado orgasmo me lleva al paraíso, los jadeos y suspiros se agolpan por abandonar mi cuerpo y llenar con los sonidos del placer todo el ambiente.
Justo en ese momento que siento mi alma aferrarse a las sensaciones de mi cuerpo, unos inmensos labios abordan mi sexo, me absorbe casi pretendiendo introducirlo completamente en su boca, la cual se abre, creciendo hasta conseguir ocupar con ella desde mi clítoris hasta el final de mi húmeda y palpitante vagina.
La lengua no menos sorprendente que cada pedazo de anatomía de mis calientes amantes, invade mi sexo, su contacto ardiente y mojado, es lo mas duro que he sentido en los últimos tiempos, y tantos orgasmos ahogados en mi empiezan a brotar incesantes.
Mis piernas se arquean y el contacto de mi maravilloso soporte trasero me invita a relajar la tirantez de mi cuerpo, entretanto la lengua continua dándome placer y goce, una presión incipiente aprovecha la apertura entre mis muslos para desconectar por completo las medidas de seguridad de mi mente, el volumen que siento solo puede ser lo que imagino, pero lo que imagino es demasiado, no creo que pueda ser real.
Mis ojos se cierran, mi cabeza y mis hombros se apoyan sobre el poderoso torso, giro mi cabeza buscando el contacto entre nuestros labios, su mirada lasciva acaba por enloquecerme, sus gordos labios por perturbarme, deseo mi semental dentro de mi, poseyendo mi cuerpo, haciéndome suya.
Una tenaz presión, abre mi intimidad sin miramientos, sin pausa alguna introduce algo bestial en mi, no puede ser su sexo, mis manos que se apoyaban  en la cabeza que se afana en devorarme, van a toda velocidad hasta mis nalgas, y de hay pasan a tantear el magnifico miembro que esta penetrándome, mis manos jamás tocaron un aparato igual, un orgasmo mas recorre todo mi ser convulsionándome, provocando que me auto penetre a mi misma, estoy completamente inundada, rellena como nunca lo había estado, es enorme, mis piernas tiemblan y mis glúteos aprietan buscando liberar espacio en mi interior, y volver a sacar su poderoso miembro.
Casi estando fuera, un tremendo empujón me vuelve a incrustar toda su potencia en mi, mis labios arden, mi clítoris se frota contra la mágica boca que trabaja incansable mi sexo, jadeo cada vez mas fuerte, me siento a punto de explotar completamente inflada desde dentro, las embestidas en lo mas profundo de mi se encargan una y otra vez de rozar todo mi interior, apretándolo, duro, muy duro.
La descomunal sensación de apretar su potente pene en mi interior y sentir como apenas puedo morderlo con mi coño, rompen las barreras morales de mi cuerpo, una cadena de orgasmos me invaden y el duro ritmo que comienza a imponer ayuda a empujar los alaridos y bendiciones que se agolpan en mi garganta.

La vibración que adquiere su miembro provoca mi locura, puedo sentir como late con vida propia, como electriza mi ser, mi sexo inflamado, endurecido explota en un torrente de calidez la gran cantidad de flujo que humedece mi interior provoca una tremenda corrida en mi interior, colosal, siento como se inflama una y otra vez descargando con cada envite un nuevo chorro cálido que se funde en lo mas profundo de mi cuerpo.

Sigo sacudiendo mi ser, me encanta sentir como mi sexo empieza a ganar la batalla y como puedo apretar su pene, como se va  rindiendo mostrando pleitesía ante mi ahora mayor poderío. Pero me fascina el enorme tamaño que continua manteniendo, sigo gozando como no recordaba que se podía gozar con el sexo.

Pero la exhibición carnal no estaba ni mucho menos acabada, aunque hacia rato que no tomaba conciencia sobre el mundo a mi alrededor pude observar como Aruna acomodaba varios almohadones e invitaba a mis compañeros a tumbarme en ellos. Una vez tumbada, quien anteriormente se había concentrado en lamer cada gota de néctar derramado por mi sexo, me mostraba otro tremendo y hermosísimo miembro deseoso de mostrar batalla.

Mi tierna flor, sonrojada, caliente y demasiado excitada, suscita una serie de sacudidas tal y como siente el rígido empalme de su nueva visitante. No era tan grande como la anterior, pero el grosor era asombroso, dilataba mi coño ardiente, penetrando mi intimidad con suma facilidad. Las palabras que salen de mi boca son difíciles de entender, mis manos clavadas a través de mis uñas en su espalda lo empujan para que el bombardeo sea continuo y bajo el ritmo impuesto por mis apetitos.

Sin atisbo de duda jamás me corrí como ahora, sentí casi como me hacia pis encima, la cantidad de fluido ardiente que salía de mi era pasmosa. El sonido de los palmetazos y el chapoteo entre nuestros cuerpo sube en intensidad y los pinchazos que me provoca el extraordinario grosor son una mezcla entre el mas sumo placer y un lejano recuerdo a dolor, si no derrama pronto en mi interior voy a explotar sin remedio.
Quiero su corrida en mi interior, sentir como su semen se funde en  mi, mezclándose con la corrida anterior.
Constante en sus movimientos dinamita mis ultimas defensas, soy puro sexo es el mantra que se agolpa en mi cabeza. La cercana visión que le ofrezco a mi anterior amante , le provoca una nueva erección, me invita a llevarme su miembro hasta mi boca, es enorme tan solo introducir su glande entre mis labios es una osadía, pero golosa saboreo y degusto tan soberbio pene, que infatigable vuelve a endurecerse pidiendo de nuevo su turno......


Wald Elfi








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