El día a día esta acabando con mi
potente sexualidad que tantas tardes de gloria y placer me había proporcionado.
Por fin liberada podía dar rienda
suelta a lo mas salvaje de mi ser y estaba completamente dispuesta a ello.
Los vellos de mi piel se erizan,
mis pezones se excitan con tremenda facilidad, la situación me puede y no
pienso resistirme.
No quiero seguir mas el orden
establecido, quiero dejar mis movimientos libres, recorrer tan sugerentes
cuerpos con mis manos, con mi boca, mi lengua, mis senos, cada pedazo de mi.
No puedo resistirme mas, la pasión
que azora los instintos mas primarios de mi ser mueve mi mano hasta sentir bajo
ella la dura, tersa y a la vez suave piel del magnifico cuerpo que se encuentra
a mi derecha.
Dura, grande, robusta, hacia tanto
que no sentía en mi mano palpitar un miembro de semejante tamaño, que en ese
preciso instante todo lo que divisa mi mente son enormes y vigorosos penes.
-
Cualquiera frena a Anzhi, eh Philippe?
-
Deja que se sienta a gusto, hoy es su día.
En este momento daría cualquier
cosa por que las telas que hacen de pantalón desaparezcan de inmediato, con
cada movimiento aparecen y desaparecen a mi alrededor unas piernas potentes,
extremadamente musculadas. Jamás me he sentido impresionada con la presencia
masculina, pero estos últimos años habían adormecido mi ser mas animal.
El tacto de las telas comienza a
dejar paso a unas potentes y muy masculinas manos que agitan mi sentir, la
pasión asciende a ritmos casi olvidados para mi, la sangre viaja rápida mi
cuerpo propaganda la enorme excitación que provoca el roce de sus dedos.
Caliente, muy caliente, empiezo a sentir una incipiente humedad en mi sexo, por
un momento cierro mis ojos para que sea el tacto quien se encargue de
comunicarme todo lo que ocurre.
Seducida, entregada.... tantas
enormes y poderosas manos recorriendo mi cuerpo, acariciándome, presionando mi
piel, estan consiguiendo hacerme florecer, volver a sentir mi cuerpo vivo y mi
alma ilusionada.
Aruna junto a mi, recibe el mismo
tratamiento, aunque se de buena fe, que ella no es que necesite nada
extraordinario, vivir con Philippe es garantía de excitación diaria.
Situándose al unísono bajo mi, seis
manos pertenecientes a tres de ellos, comienzan a elevar mi cuerpo con
facilidad, como si de una pluma se tratase me incorporan hasta dejarme de pie
entre ellos. Sus fornidas manos, pegadas a mi piel, recorren con un sensualidad
brutal cada rincón de mi excitada anatomía. Las manos de mi espalda se encargan
de subir la ligera camiseta que cubre mi torso, sentir como se va desnudando mi
intimidad en presencia de tantas personas mas que importunarme, excita aun mas
mi dormitada pero no perdida sexualidad, puedo verlos hipnotizados con el
espectáculo que ofrecemos mis amantes y yo, mis manos se deleitan con la
firmeza de sus cuerpos, menudo festín para los sentidos.
Mis pechos desean el contacto y no
tarda en llegar, desde atrás con firmeza se cuelan dos brazos por mis costados,
nervios, inquietud, ganas de que llegue el momento de conexión entre sus manos
y mis pezones. Un ligero roce de su yema provoca que un gemido, entrecortado y
tímido, salga de mi arrojado, expulsado.
Constante, firme, con una habilidad
suprema va amasando mis pechos a su gusto, los aprieta contra mi, los recoge
entre sus manos, estira mis pezones con delicadeza pero con la intensidad
necesaria para que mi cuerpo serpentee con su acto, apretando mi espalda y mis
nalgas contra el puedo sentir la tremenda monstruosidad que se roza con mis
glúteos, si la que he podido tocar me parecía de un tamaño magnifico, la que
siento detrás solo puede ser gigante, uffff.
Mis senos desnudos y excitados son
ahora el fruto que saborean los dos adanes que se encargan de custodiar ambos
flancos de mi cuerpo, sentir sus bocas besándome, chupandome, mordiéndome,
lamiéndome, provoca que mi sexo ya húmedo, suba de temperatura y consiga
dominar todo mi ser, quiere sentir el miembro duro que empuja mis nalgas a
través del fino pantalón hundirse en mi interior.
Situándose de rodillas frente a mi,
mirándome fijamente a los ojos uno de mis adorables compañeros de juego, coloca
sus manos sobre la tela, puedo sentir el ardor de sus manos quemar mi piel, los
besos, tiernos y dulces, que comienza a darme por encima de la prenda de ropa,
traspasan mi piel convirtiéndose en una consecución de gemidos.
-
Bájalo cariño, cómeme, cómeme entera...
Aunque no hablásemos el mismo
idioma, entendía perfectamente mis palabras, bajando de inmediato mi pantalón,
deja mi cuerpo completamente desnudo.
Me empieza a encantar el sentir
todos esos ojos atentos a mi anatomía, viendo como disfruto con el regalo de la
vida.
Mis ojos se llenan con el blanco de
las orquídeas que espontáneas crecen en los troncos de las diferentes plantas
que habitan el jardín, el poderoso contraste de colores, excita aun mas mi
imaginación, el recuerdo de las orquídeas de casa inflama aun mas mi sexo,
fantaseo con la posibilidad de encontrarnos en el salón de casa, con la
posibilidad de que me pillen en semejante momento clandestino y un primer y
concentrado orgasmo me lleva al paraíso, los jadeos y suspiros se agolpan por
abandonar mi cuerpo y llenar con los sonidos del placer todo el ambiente.
Justo en ese momento que siento mi
alma aferrarse a las sensaciones de mi cuerpo, unos inmensos labios abordan mi
sexo, me absorbe casi pretendiendo introducirlo completamente en su boca, la
cual se abre, creciendo hasta conseguir ocupar con ella desde mi clítoris hasta
el final de mi húmeda y palpitante vagina.
La lengua no menos sorprendente que
cada pedazo de anatomía de mis calientes amantes, invade mi sexo, su contacto
ardiente y mojado, es lo mas duro que he sentido en los últimos tiempos, y
tantos orgasmos ahogados en mi empiezan a brotar incesantes.
Mis piernas se arquean y el
contacto de mi maravilloso soporte trasero me invita a relajar la tirantez de
mi cuerpo, entretanto la lengua continua dándome placer y goce, una presión
incipiente aprovecha la apertura entre mis muslos para desconectar por completo
las medidas de seguridad de mi mente, el volumen que siento solo puede ser lo
que imagino, pero lo que imagino es demasiado, no creo que pueda ser real.
Mis ojos se cierran, mi cabeza y mis
hombros se apoyan sobre el poderoso torso, giro mi cabeza buscando el contacto
entre nuestros labios, su mirada lasciva acaba por enloquecerme, sus gordos
labios por perturbarme, deseo mi semental dentro de mi, poseyendo mi cuerpo,
haciéndome suya.
Una tenaz presión, abre mi
intimidad sin miramientos, sin pausa alguna introduce algo bestial en mi, no
puede ser su sexo, mis manos que se apoyaban
en la cabeza que se afana en devorarme, van a toda velocidad hasta mis
nalgas, y de hay pasan a tantear el magnifico miembro que esta penetrándome,
mis manos jamás tocaron un aparato igual, un orgasmo mas recorre todo mi ser
convulsionándome, provocando que me auto penetre a mi misma, estoy
completamente inundada, rellena como nunca lo había estado, es enorme, mis
piernas tiemblan y mis glúteos aprietan buscando liberar espacio en mi
interior, y volver a sacar su poderoso miembro.
Casi estando fuera, un tremendo
empujón me vuelve a incrustar toda su potencia en mi, mis labios arden, mi
clítoris se frota contra la mágica boca que trabaja incansable mi sexo, jadeo
cada vez mas fuerte, me siento a punto de explotar completamente inflada desde
dentro, las embestidas en lo mas profundo de mi se encargan una y otra vez de
rozar todo mi interior, apretándolo, duro, muy duro.
La descomunal sensación de apretar
su potente pene en mi interior y sentir como apenas puedo morderlo con mi coño,
rompen las barreras morales de mi cuerpo, una cadena de orgasmos me invaden y
el duro ritmo que comienza a imponer ayuda a empujar los alaridos y bendiciones
que se agolpan en mi garganta.
La vibración que adquiere su
miembro provoca mi locura, puedo sentir como late con vida propia, como
electriza mi ser, mi sexo inflamado, endurecido explota en un torrente de
calidez la gran cantidad de flujo que humedece mi interior provoca una tremenda
corrida en mi interior, colosal, siento como se inflama una y otra vez
descargando con cada envite un nuevo chorro cálido que se funde en lo mas
profundo de mi cuerpo.
Sigo sacudiendo mi ser, me encanta
sentir como mi sexo empieza a ganar la batalla y como puedo apretar su pene,
como se va rindiendo mostrando
pleitesía ante mi ahora mayor poderío. Pero me fascina el enorme tamaño que
continua manteniendo, sigo gozando como no recordaba que se podía gozar con el
sexo.
Pero la exhibición carnal no estaba
ni mucho menos acabada, aunque hacia rato que no tomaba conciencia sobre el
mundo a mi alrededor pude observar como Aruna acomodaba varios almohadones e
invitaba a mis compañeros a tumbarme en ellos. Una vez tumbada, quien
anteriormente se había concentrado en lamer cada gota de néctar derramado por
mi sexo, me mostraba otro tremendo y hermosísimo miembro deseoso de mostrar
batalla.
Mi tierna flor, sonrojada, caliente
y demasiado excitada, suscita una serie de sacudidas tal y como siente el
rígido empalme de su nueva visitante. No era tan grande como la anterior, pero
el grosor era asombroso, dilataba mi coño ardiente, penetrando mi intimidad con
suma facilidad. Las palabras que salen de mi boca son difíciles de entender,
mis manos clavadas a través de mis uñas en su espalda lo empujan para que el
bombardeo sea continuo y bajo el ritmo impuesto por mis apetitos.
Sin atisbo de duda jamás me corrí
como ahora, sentí casi como me hacia pis encima, la cantidad de fluido ardiente
que salía de mi era pasmosa. El sonido de los palmetazos y el chapoteo entre
nuestros cuerpo sube en intensidad y los pinchazos que me provoca el
extraordinario grosor son una mezcla entre el mas sumo placer y un lejano
recuerdo a dolor, si no derrama pronto en mi interior voy a explotar sin
remedio.
Quiero su corrida en mi interior,
sentir como su semen se funde en mi,
mezclándose con la corrida anterior.
Constante en sus movimientos dinamita mis ultimas defensas, soy puro
sexo es el mantra que se agolpa en mi cabeza. La cercana visión que le ofrezco a
mi anterior amante , le provoca una nueva erección, me invita a llevarme su
miembro hasta mi boca, es enorme tan solo introducir su glande entre mis labios
es una osadía, pero golosa saboreo y degusto tan soberbio pene, que infatigable
vuelve a endurecerse pidiendo de nuevo su turno......
Wald Elfi
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