La mañana pasa veloz, a pesar de
solo haber dormido unos minutos tras el apasionado, intenso, explosivo
reencuentro, en el instante que mis párpados permiten a mis ojos la sublime
visión de su presencia, no puedo volver a conciliar el sueño.
Podría pasar horas surcando los
limites de su tersa piel. Recorrer centímetro a centímetro buscando un nuevo
horizonte que acariciar, que besar, que morder. Trazar líneas uniendo los tres
lunares situados sobre su omóplato izquierdo se convierte en mi pasatiempo
favorito.
Me encanta deslizar una y otra vez
la yema de mis dedos por su fino cuello, todo en el me resulta erótico,
sensual, provocador...
Hundir mis dedos entre sus cabellos
es a la par reparador y vivificante, sentir las ondulaciones de su pelo
enredarse en mi mano me transportan al mismísimo cielo.
Colocadas cual pinceladas sobre un
lienzo por el mas sublime de los artistas, sus dulces, apetitosas y pequeñas
orejas son un lugar de encuentro entre mi boca y su anatomía, disfruto de
apretar ligeramente su lóbulo entre mis dientes. Le encanta que ligeramente le tire de sus orejas, emitiendo a pesar de
su cálido dormir, un ligero pero profundo suspiro.
No puedo evitar besarla una y otra
vez, algunas veces mas dulce, otras mas apasionada, a lo que a pesar de estar
ella entregada a los placeres de Morfeo contesta con pasión entregando sus
labios a un frenético encuentro con los
míos.
Sus pechos sin duda son una de las
mayores delicias de su angelical figura.
Besar, acariciar, chupar, amasar,
morder, dejan de convertirse en simples acciones humanas para convertirse en
actos sagrados, donde devota me entrego a la divinidad de mi diosa.
Nosotras no nos conocimos nunca,
simplemente nos reencontramos, su piel conocía perfectamente mis manos desde el
primer momento que se posaron sobre ella.
Tengo ganas de ir al baño pero no
pienso dejar en este momento la cama, el único objetivo es disfrutar de cada
instante como si fuera el ultimo, sabiendo que cada instante pasara para no
volver mas.
El sonido de la puerta abriéndose
me devuelve a la realidad, recordándome que seguíamos en este planeta con todos
los demás seres humanos.
Conociéndolas se perfectamente que
no se habrán separado en toda la mañana y casi seguro que muy lejos no estarán.
Casi seguro solo cabrán dos opciones cama o tronco así que muy complicado no
será localizarlas.
Me dispongo hacia la cocina, dejo
las botellas sobre la estantería superior, aprovechando para coger un vaso y
ponerme un poco de agua, el sofocante calor del medio día hace mella en mi,
siento como mi piel esta completamente empapada, la camiseta pesa tres veces mas
de lo normal, el camino de llegada es un estupendo ejercicio, pero a esta hora,
mejor estar bien hidratado. Tras poner una lavadora con las nuevas toallas, me
doy una rápida pero muy reconfortante ducha con la manguera del porche, cuando
mas disfrutaba con la sensación de la cálida agua, me doy cuenta de mi
increíble despiste al dejar en el bolsillo de mis bermudas la cartera y el
juego de llaves, las llaves eran los de menos pero en la cartera tengo un par
de teléfonos apuntados que me serán necesarios en los próximos días, en fin,
nada que no pueda resolver volviendo al pueblo en algún momento.
Tras sacar ambas cosas, sigo
refrescando mi cuerpo hasta estar a la temperatura habitual y dejar de sudar
con fuerte intensidad. Una vez acabado es sublime sentir el aire caliente pasar
por la ropa mojada, continuando la increíble sensación de frescor proporcionada
por el agua.
Prefiero entrar seco en la casa así
que decido dejar mi ropa secándose en el tendedero. Justo antes de entrar doy
algunos saltos sacudiendo a ambos lados la cabeza procurando quitar la mayor
cantidad de agua de mi largo pelo. Desnudo con las llaves y la cartera en la
mano entro en casa, me siento altivo y con ganas de comerme a mi amada Aruna y
si es preciso, sin tener que hacerme rogar demasiado también a nuestra querida
Bianca, una vez comprendido que el amor es mucho mas que un cúmulo de
compromisos e imposiciones sociales, entregarse al goce y deleite de manos de
tan gloriosas ninfas sensuales es sin duda un placer al alcance de muy pocos
varones.
-
Philippe! Que tal por el pueblo? – la melodiosa voz de Bianca
penetra mis oídos delicada a la vez que enérgica – oí la puerta y el agua
correr, Aruna esta completamente dormida, te apetece bajar al rió?
-
Mira igual esta hasta bien tomarse un buen baño antes de la
comida, de camino recogemos algo de fruta
-
Perfecto, recojo un par de pareos y bajamos
El efusivo beso en mis labios me
recuerda quien es ella y el poder que es capaz de ejercer sobre el común de los
mortales, su arrolladora sexualidad ejercía cual poderoso imán, atrayendo sobre
si misma la atención de cualquiera, mujer u hombre, que posara su vista sobre
su imponente presencia.
-
Voy a dar un beso Aruna, enseguida te alcanzo por el camino
-
Ok pero déjala descansar que nos quedan un par de días
intensos
Su figura reposa dulce y calmada,
puede olerse un intenso olor a sexualidad femenina, reflejo innegable de la
entrega a tan gustoso deleite que es el encuentro de ambas, con la cabeza
descansando sobre la almohada, su cara iluminada y relajada esboza una amplia y
cálida sonrisa, me encanta observar toda su belleza y podría pasarme horas
disfrutando de ella, pero los silbidos tan reconocibles que siempre realizaba
Bianca cuando nos comunicábamos sin querer utilizar palabra alguna me recuerdan
sus ultimas palabras, dejando brevemente mis labios reposar sobre los suyos
puedo disfrutar de la increíble calidez que emite su boca, sin duda la sesión
con nuestra exótica amiga fue de gran vigor.
El agua del rió baja cristalina,
tras las escasas lluvias de los últimos días el caudal a perdido intensidad,
dando lugar a unas aguas calmas y sosegadas. El medio día ejerce su influjo
sobre todos los seres vivos de los alrededores, provocando un momento de
especial silencio, solo el vibrante sonido provocado por insectos similares a
las chicharras, surca el aire hasta nuestros oídos, ya que la lentitud con la
que baja la corriente de aguas, prácticamente hacia que fuera un movimiento
casi inaudible.
Sin pensarlo dos veces me zambullo
sobre las aguas mas profundas de la poza principal, cuantas tardes habíamos
echado moviendo las piedras del fondo a base de sumergirnos buceando para
depositarlas todas en medio del cauce construyendo nuestra piscina privada para
nuestro retiro.
Muy seguida Bianca se lanza tras de
mi, entrando sus manos en el agua casi detrás de mis pies, justo mientras buceo
estirando al máximo cada músculo de mi cuerpo, pude sentir como sus brazos
rodean mi torso en un rápido y preciso movimiento, sus pechos se aprietan
contra mi espalda y el resto de su anatomía se aferra por ejercer el máximo
contacto posible con cada centímetro de mi cuerpo.
Detengo mi desplazamiento,
dirigiéndome hacia la superficie con tan singular polizonte sobre mi espalda.
Salimos ambos tomando una amplia bocanada de aire en el preciso momento que
nuestras caras cruzaron la línea entre los dos mundos.
-
Que bien te lo pasas.....
-
Tu ya no disfrutas con mi compañía?? – utiliza un tono de voz
roneante y sumiso.
-
Claro mujer, como no... – girándome sobre si mismo, ella queda
completamente impasible no importándole como de costumbre la cercanía no solo
de nuestros rostros, si no también de nuestros sexos.
-
No te apetece darme un buen beso??
-
Como no, pero ya sabes que yo prefiero que este Aruna
presente...
-
De veras crees que le importe?
-
No es que a ella le importe es que yo lo prefiero...
-
Philippe siempre tan serio y tan formal...disfruta un poco y
relájate hombre
No era una mujer de mucho pensar, o
tal vez lo tenia muy meditado, pero sumergiéndose cual sirena princesa de los
mares, lleva su rostro hasta mi pené introduciéndolo casi por completo en el
interior de su boca, era increíble la sensación de su boca llena de agua, no
sabia cuando esta mujer podría dejar de sorprendernos, parece no afectarle para
nada esta situación y continua estimulándome con una facilidad asombrosa.
Sobreexcitado comienzo un leve movimiento de mis caderas, la creciente erección
pugna por abrirse paso mas allá de su acogedora boca. Mis manos en un gesto mas
de preocupación por ella que por mi propia excitación, se sitúan bajo sus
axilas invitándola a salir del agua, pero ella insistente, continua aferrándose
con mas y mas pasión sobre mi descomunalmente excitado miembro.
Sale fuerte y decidida, mostrando
su brillante presencia, el agua cae desde su cabeza hasta sus hombros dejando
su pelo completamente estirado. Situándose nuevamente su tez frente a la mía,
me abraza de nuevo situando en esta ocasión su dulces labios sobre mi cuello, a
la vez que comenzaba a frotar su potente sexualidad sobre la zona baja de mi
vientre buscando sin vergüenza ninguna que mi sexo penetrase pronto en lo mas
hondo de ella.
La conocíamos hace años pero su
intensidad nunca podía dejarte indiferente.
-
A que esperas? Hazme palpitar, quiero estremecerme contigo,
aunque nunca te lo creas, los escalofríos que me haces sentir nunca los
encontré con ningún otro hombre y en este momento te quiero todo para mi, no te
deseo compartir.
-
Es que como siempre estas de broma....
-
Electrízame, atraviesa mi ser, eleva mi temperatura....
Tras esas palabra todo mi cuerpo
solo piensa en una sola acción, hundir
cada centímetro de mi sexualidad, dura y vigorosa, entregándole cada pedazo de
mi hombría en busca de el placer de tan sublime y felina mujer. Todo mi cuerpo
se concentra, súbito y duro agarro sus caderas apretando ferozmente hasta estar
completamente en su interior.
Nuestros ojos se enredan entre si,
costando discernir si luchan o se aman.
Una sonrisa traviesa aparece en sus
labios. Mis manos firmes, se adhieren separando sus nalgas, impulsando una y
otra vez su cuerpo sobre el mío. En su rostro se vislumbra el gran deleite
provocado por tan exquisito momento.
La humedad del agua lubrica
nuestros sexos, provocando un delirante ritmo donde ambos gozamos plenos de
nuestros sentidos.
Tras retroceder hasta una zona de
agua mas bajas, quedando a la altura de nuestras cinturas, entre mis brazos se
estremece y convulsiona, dejando su cuerpo caer hacia atrás, realizando
sensuales y gráciles movimientos con sus brazos sobre la superficie del agua.
Los duros latigazos que realiza tienen como epicentro la voluptuosidad de su
vulva sobre mi pene. El extremo ritmo que impone consigue sacar cada gota de
mis testículos, desbordando en grueso caudal en lo mas profundo de su cueva.
Entre risas secamos nuestros cuerpos
al sol, disfrutando del tórrido poder de sus rayos, ya que en pocos sitios
puedes disfrutar de tal momento con total plenitud. Una vez secos, Bianca
agarra uno de los pareos y comienza a preparar una suerte de petate con el que
recoger los bienes de nuestro intimo paraíso. Poder regodearme en la recogida
de los frutos tropicales, para despertar Aruna con un manjar digno del Olimpo,
es un bien del que no me cansare nunca. La tremenda habilidad que muestra
nuestra felina amante elevando su cuerpo por los troncos erectos de los
gigantescos mamaos, revela sin duda una vida plena rodeada de entornos
naturales, donde recolectar y manipular infinidad de frutos es un conocimiento
de importancia singular. El buen humor es un rasgo característico de la forma de
ser con la que Bianca afronta la vida, realizando sugerentes movimientos que no
tenían nada que envidiar a las mas afamadas showgirls de la ciudad del pecado,
Las Vegas, continuamos tan hermoso día entre risas y bromas.
Una vez conseguida la captura de
tan jugosos frutos y colocarlos en el petate sobre mi espalda, haciendo un uso
extraordinario del facao, rápidamente pone en mis manos un par de hermosos
abacaxis. La visión de su cuerpo desnudo en tan salvaje entorno es una
verdadera delicia para mis ojos, verla agacharse una y otra vez es un fenómeno
difícil de acostumbrarse, la increíble belleza de sus curvas fuertes y
esculpidas no es visión común, salvo en zonas con climas similares a este donde
el calor continuo favorece lucir lo mas intimo de nuestra belleza. Algunas
acerolas y uvas compondrán el cuerpo principal de tan suculento desayuno. Solo
faltaban un par de hermosas bananas y prácticamente estaríamos listos. Justo
llegando a la casa un par de fastuosos árboles del cacao nos ofrecían sus
dulces y sensuales frutos, pasando por la pequeña huerta que ocupaba toda la
zona trasera del porche ocupado por nuestro gran tronco, aquel que nos acoge y
deja al descubierto nuestra verdadera personalidad, donde nuestro lado salvaje
toma el control, recogimos algunos frutos mas como pepinos, sandia y fresas.
- Hoy muy posiblemente, después de
dar cuenta de tan exquisito festín no queden ganas para una tostada con
mermelada – ofreciéndome la mas excitante de sus sonrisas guiñando su ojo
izquierdo como solo ella es capaz de hacerlo.
Wald Elfi
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