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lunes, 12 de enero de 2015

La Calidez. Parte 4

La impresión que me causaba verla ante mi era sobrecogedora, si los últimos días estuvieron llenos de pasión y fantasía, lo único que lo podía incrementar seria su llegada. Para nada podíamos imaginar que estaría con nosotros, la hacíamos surfeando en algún lugar del Pacifico, su verdadero amor. Aruna y Bianca, eran cada una la cara de una moneda, opuestas y complementarias, cada vez que estaban juntas nada a su alrededor podía ensombrecer su mágica conexión. Cada vez que empezaban a conversar la una acababa la frase de la otra, dando la impresión de estar la una dentro de la otra.

La primera vez que pude disfrutar de la presencia de Bianca, fue durante un duro día de marcha en lo mas profundo de la mata atlántica, tras horas de un agotador esfuerzo, el grupo del que éramos parte llegamos a una zona de especial interés debido a el gran numero de orquídeas que se encontraban en el lugar, el que en principio era nuestro objetivo fundamental, se presento ante nosotros en tal cantidad y proporción, que las memorias digitales pronto comenzaron a llenarse con cientos de fotografías. Cuando los primeros integrantes del grupo decidieron dar por concluida la sesión fotográfica, dieron comienzo a preparar una merienda bajo la densa sombra que otorgaban las bananeras cercanas al pequeño arroyo que cruzaba tan bello lugar. Yo decidí seguir indagando en tan exuberante paraje, en busca de la orquídea perfecta. Parándome entre unos helechos gigantescos, pude oír los roncos suspiros que emitía una mujer no muy lejos de mi. Subida en el tronco seco de un gigantesco ficus, con la mirada perdida ante el firmamento, apareció en mi objetivo exuberante de belleza, regalándome la mejor fotografía posible. Deleitándose a si misma, sin importarle el mundo exterior, continuo hundiendo uno a uno los dedos por su interior, sacándolos a continuación para introducirlos en su boca y succionarlos con lujuria, sintiéndome un fotógrafo erótico continué disparando mientras la erección mas brutal hacia presencia en tan excitante momento.
Muy cerca mía pude ver como otro integrante del grupo estaba contemplando exactamente la misma escena que yo, pero debido a que se encontraba algo mas bajo que yo en la ladera, el no podía verme a mi. Gracias a que había desconectado el sonido de la cámara, pude permanecer en el mas absoluto anonimato, lo que me permitió llegar a captar escena tras escena uno de los encuentros sexuales mas potentes por mi vistos hasta el momento.

El otro fotógrafo esporádico fue sorprendido inesperadamente por la mirada de Bianca, sus ojos se clavaron en ser con una fuerza arrolladora. Súbitamente el se dispuso a dejar su cámara guardada en su funda, rápida pero atropelladamente, atino a deshacerse de su mochila, introduciendo precipitadamente la cámara en su interior, dando la impresión de que esta se resistía a entrar completamente, la escena adquiría por momentos un tono humorístico que se reflejo en la sonrisa maliciosa que la sensual boca de tan irreverente ninfa mostró para mi objetivo.

Ella descendiendo hasta colocarse cómodamente sobre el pulido tronco, extendiendo su mano izquierda le indicaba con sus dedos que se acercara, sin pensarlo dos veces, igual que respondería un perro ante su dueña, se acerco velozmente tratando de avanzar con rapidez entre la espesura de la vegetación que le antecedía, continuando con la misma clave de humor, los pasos de el pasaron de torpes a casi milagrosos, llegando tras varios traspiés hasta los pies de su diosa. Soltando una carcajada que debió de oír el resto del grupo ya que no estaríamos a mas de doscientos metros, elevo la cara del que seria su compañero sexual situando su pie justo bajo su barbilla y elevándolo suavemente indicándole que debía subir algo mas arriba, sumiso se dispuso obediente, situando sus manos sobre las fuertes caderas de ella y justo cuando la cabeza de el llego a su entrepierna, situó nuestra ninfa sus manos sobre ella empujándole contra su sexo mientras abría un poco mas sus piernas dejándole espacio para que no tuviera ningún impedimento a la hora de tan honorable misión.

Tras largo rato utilizando a su espontáneo vasallo, sin cambiar prácticamente de posición solo azotando el rostro de su humilde compañero con los fuertes movimientos pélvicos que realizaba, decidió que era momento de que otra zona de su mágica anatomía recibiera su ración de placer. Girándose sobre si misma quedando totalmente abrazada a su anteriormente respaldo, extendió sus brazos sobre la corteza del gigantesco árbol, reclino su torso, exponiendo la entrada al paraíso, su esclavo en un ademán de retomar la compostura, se levanto y bajo los pantalones tan rápido como fue capaz, ella dominante como solo una mujer como ella podía ser, le ordeno que volviese a bajar y siguiera exactamente con lo que hacia con anterioridad. Sin decir la mas mínima palabra el bajo su cara hacia un culo que pedía ser profusamente deleitado. Esa mujer estaba echa para el goce y sabia como quería recibirlo, a pesar de el insistir en lamer y besar sus labios íntimos, ella elevaba su rostro para situar la lengua que le ofrecía placer a la altura de la cueva que tantas veces Aruna me había prohibido visitar en su espléndida anatomía. El invitado de honor seguía  concienzudamente su labor, introduciendo todo lo posible su lengua en tan apretada cavidad. Apretaba sus glúteos en un insistente vaivén, sus manos apretaban con firmeza la cabeza de el, aferrándose al tremendo instante de placer que parecía recorrer todo su ser.

El se levanto nuevamente, en esta ocasión la dominante ninfa permitió que su atónito amante acercase su virilidad hasta la entrada de su hendidura, devolviéndole una mirada acosadora, el se introdujo muy despacio y haciendo gala de un respeto que rozaba la dominación, prestando una atención reverencial ante los movimientos de su dueña, agitando en un contoneo casi espasmódico sus glúteos, introdujo casi completamente todo lo que el le ofrecía. Ella descarada le incitaba con frases bastante subidos de tono que provocaban el incremento de intensidad en las embestidas que recibía,  cogiendo las manos de el y situándolas sobre sus dos fabulosos pechos, indicándole claramente que las apretara entre si, quería sentirse completamente dominada pero no era algo sencillo. Tras una consecución de brutales embestidas que la hacían sentir la presión del tronco contra ella, su partenaire de excepción acabo arrojando irremediablemente toda su simiente en su interior, tras sentirlo depositado en lo mas profundo de si, se alzo girándose sobre si misma y mostrándole claramente que aun no había quedado satisfecha con el gesto de su mano sobre su placido miembro, le beso apasionadamente en los labios apoyando sus manos encima de sus hombros y presionando hacia abajo.... aquella mujer no era una mujer cualquiera, irradiaba una energía particular e increíblemente potente, todo la selva parecía deleitarse con su presencia.

Los duros movimientos que realizaba delataban que su momento estaba a punto de llegar, su cara se congestiono por un momento, la presión de sus labios se reflejaba a lo largo de su perfecta mandíbula, las dulces facciones de su cara volvieron, cuando tras sacudir enérgicamente su cabeza hacia los lados, desato en un frenesí mientras clavaba sus uñas sobre los hombros y la espalda de su afortunado y aun incrédulo compañero en tan intimo momento. El parpadeo rojo que me avisaba que la memoria se encontraba completamente llena, me hizo darme cuenta que no había parado de fotografiar, tras comenzar a ver alguna de las instantáneas, pude observar como justo cuando el orgasmo hacia su presencia en ella, sus ojos obscenos penetraban la lente de mi cámara trasladándose hasta lo mas hondo de mi alma.

Tratando de disimular lo mayor posible, volví con el grupo mientras trataba de relajar la excitación de mi mente, quería borrar lo visto, volver con el grupo y seguir con el resto del día con la mayor normalidad posible, pero con Bianca cerca eso no seria posible, tras llegar y besar con mas pasión de la que el momento precisaba a mi amor, sentí su mirada clavada con una fuerza magnética sobre mi, tal y como me giraba la atlética y bronceada ninfa apoyaba su mano en mi, comentándome al oído:

- Has sido malo, no esta bien eso de fotografiar sin pedir permiso, aunque en tu caso haré una excepción.....espero veros pronto
Dijo acercándose y besando dulcemente los labios de Aruna, que tras la sorpresa inicial le respondió con un encantada de conocerte  y una cara de picardía que muchas veces aparece ante mi en lo mas placentero de nuestros encuentros, provocando la mas caudalosas eyaculaciones......


Wald Elfi







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