La tarde cayo pronto, sin
saber como había llegado hasta allí estaba disfrutando sin comparación posible
de un espectáculo sublime, uno de los momentos mas placenteros de los últimos
tiempos, sus sentidos palpitaban con los matices del horizonte, podía oír su
corazón latir acompasado con los
sonidos que emitían las olas al chocar contra la orilla, la espuma brotaba
entre las olas en el justo momento que caían contra la bajamar soltando vapores
que se fundían con el brillo fulgurante de un sol que hacia poco se puso
dejando sus dominios al influjo de la luna.
El rugido de la selva se podía sentir a sus espaldas,
cientos de sonidos intercaladas en la mas armoniosa sintonía, llenando los
oídos, callando la mente, elevando el alma. Los tonos rojizos inundaban el
entorno, podía sentir como los ojos se relajaban mientras la intensidad de luz
convertía el lugar en un sitio acogedor, intimo, mi rincón en el mundo.
A mi derecha podía disfrutar de una postal soñada....la
selva cayendo sobre la playa blanca, el oscuro rió zigzagueando por la arena, conectando la floresta mas salvaje con
el mar, las potentes olas embistiendo una y otra vez, empujando el agua sobre
la arena, dibujando miles de formas a su paso.
Mi izquierda era un lugar frecuentado, unas grandes piedras
pulidas por el juego entre la arena y el mar habían creado un altar mágico, los
pilares estaban compuestos por unas placas lisas encastradas a dos grandes
bloques que a su vez ejercían el papel de columnas, desde arriba por la zona
central brotaba profusamente un agua burbujeante que formaba una poderosa
catarata, siempre permanecía muy cálida, tanto que en la estación fría cuando
la temperatura rara vez baja los veinticinco grados y el agua del rió baja algo
mas fresca de lo habitual, es común ver la población nativa bajar para tomar
sus baños en esta agua casi termales.
En esta ocasión, al contrario de otras muchas, me encontraba
algo mas resguardada de lo normal, no se si el calor o la mala noche anterior,
pero me encontraba despertando de una siesta reparadora, y el momento no pudo
ser mejor.
Bordeando la catarata el paso del tiempo y sobre todo de los
visitantes se había formado una tosca escalera tallada en la misma piedra, la
separación entre los escalones y el largo y dificultoso sendero hasta llegar
allí, convertían la playa en un lugar exclusivo de gente en buen estado físico
o gente de mar, que arribaba hasta aquí en las mas variopintas embarcaciones.
Con el juego de luces no pude diferenciar quien descendía
entre los escalones, podía adivinar dos piernas poderosas, un cuerpo fino y
trabajado y una cabellera larga, pero mi situación distante y apartada no me
permitía ver mas. Se dispuso a los pies de la caída de agua, dejándose atrapar
por el poderoso torrente que fluía limpiando su piel, su cabello, movía sus
manos sobre su cuerpo delatando que aprovechaba el momento para tomar el baño
del día, era curioso pero la silueta me resultaba extrañamente conocida. Decidí
volver a tumbarme sobre mi pareo, era un momento mágico, por el este podía ver
como la oscuridad avanzaba mostrando las primeras estrellas sobre un fondo azul
terciopelo, los últimos tonos cobrizos bañaban las aguas del mar inundándolo
todo con un terrible calor que a pesar del acecho de la noche parecía ir en
aumento. El sonido de la selva crecía por momentos llegando a convertirse en un
sonido mas industrial que melódico, una suave brisa comenzó a levantarse
invitando a la vegetación a un baile acompasado, rítmico, casi sensual.
Súbitamente me sentí bloqueada, un fino y largo hilo de mi
pareo se enredo con mi pierna, dándome la sensación de ser agarrada. Menudo
susto me lleve, sentí como mi bello se erizaba, como mi corazón casi se para, y
un frió sudor empieza a recorrer mi espalda, un simple hilo fue capaz de
activar todo mi ser, de repente todo mi cuerpo se lleno de vida, del susto
pasajero mi imaginación empezó a fantasear con la posibilidad de que alguien me
hubiese tocado en realidad, que hubiese dejado su mano sobre mi, comenzando en
una acaricia suave, recorriendo toda la longitud de mi pierna, descubriendo
cada rincón de mi piel......en ese preciso momento un estruendoso sonido saco
todo mi ser de ese momento tan intimo, en el pueblo cercano las fiestas
patronales eran celebradas con efusión, festejando la mas popular de sus celebraciones
la primera luna llena de verano.... decidí que era el momento perfecto de tomar
un largo baño y relajar el cuerpo disfrutando del calor del agua estival, tras
levantarme observe como la catarata estaba totalmente despejada, pensé que
seguramente tras la ducha el joven volviese hacia el pueblo, limpio y dispuesto
a una noche de baile, bebida y fiesta.
Bajaba de la duna donde me encontraba disfrutando con la
sensación de mis pies al hundirse en la arena, la fragancia de las flores
inundaba mis sentidos, y la postal ante mis ojos relajaban mis pensamientos. En
el momento que el agua toco mis pies no pude resistir correr al encuentro del
mar, me zambullí sobre el agua sintiendo en ese momento como confiada por mi
soledad y la hora que era no le di la menor importancia a encontrarme desnuda
jugando entre las olas, me relaje pensando que ya era tarde y que nadie me
vería en ese estado. Tras dejar mi cuerpo satisfecho de agua, emprendí el
regreso hacia la orilla, dejándome llevar mientras la fuerza del mar me
empujaba en todo mi interior, tocando profundamente toda mi intimidad, por un
momento sentí que quería entrar dentro de mi.... una vez llegue donde el océano
y la tierra se funde en uno, me incorpore y me puse dirección al chorro de agua
dulce que caía desde lo alto de las piedras, quería limpiar toda la sal de mi
piel, no me podía permitir otra noche privada de sueño.
Casi llegando me percate de que no solo el joven no se había
ido si no que en ese momento se encontraba en un momento un tanto personal, se
encontraba apoyado contra los pilares, se le veía cómodo sobre todo por el
estado en el que se encontraba su miembro, estaba masturbándose a menos de
cinco metros de mi, y yo parada boquiabierta y sin saber que decir.
Sin duda el tamaño de su miembro tuvo buena culpa de mi
estado, jamás había visto cosa igual, mis propios pensamientos me llegaron a
ruborizar...quería tirar me sobre el, devorarlo, comerlo, sentirlo en mi
boca..... pero mi moral o no se que me impedían seguir mis instintos mas salvajes
y provocadores..... también saber que mi marido esta a no mas de diez minutos
de aquí.....cuantas veces me había dicho de traer a un hombre de color para
satisfacer mis apetitos mas voraces......y ahora allí estaba frente por
frente.... un suspiro broto de entre mis labios y el joven exaltado, quiso
recomponerse y taparse, moviéndose bruscamente y resbalando con la piedra
pulida... en ese momento pude verle el rostro...ya decía que me parecía
familiar se trataba del joven que vi bailando la noche anterior en uno de esos
típicos espectáculos tan brasileños que juntaba lambada, samba y algún baile
típico africano... cuando se repuso y por fin recupero la compostura, su cara
de asombro subió dos tonos tras percatarse de mi desnudez, sus ojos me
recorrieron centímetro a centímetro deteniéndose especialmente en mis pechos y
mi sexo. Levantándose y comportándose con total normalidad se vino hacia mi y
se presento:
- Mi nombre es Dudu – dijo con una voz varonil que
rápidamente me transmitió seguridad – Disculpa mi comportamiento creí estar
solo en la playa...
- No te preocupes hombre, culpa mía por no verte
antes....soy Aruna... además es algo natural.
Extendió su mano hacia mi y yo le respondí igualmente, sus
dedos eran grandes, potentes, vigorosos, su mano transmitía fuego en ese
momento callo en la cuenta que era la misma mano que estaba usando durante su
masturbación. Rápidamente la retiro mostrando claramente como se ruborizaba por
lo que acababa de hacer.
- Mis mas sinceras disculpas – expreso Dudu
- Nada hombre – dije mientras se me escapaba una sonora
carcajada – total, iba para la ducha de todos modos – comente mientras señalaba
la cascada de agua que caía junto a nosotros.
- Pues adelante, hoy viene mas caliente que de costumbre,
que la disfrutes – me dijo mientras se disponía camino del mar
Me dispuse a entrar bajo el flujo de agua mientras me
deleitaba con la hermosa figura que veía irse , tenia una melena rizada muy
semejante a la de mi chico, unos hombros torneados y trabajados daban paso a
una espalda gigantesca, esculpida hasta el mas mínimo pedazo, justo donde
comenzaba su pareo se insinuaban dos grandes y fuertes glúteos, que a su vez
coronaban dos largas y bien formadas piernas, justo cuando llegaba a sus pies,
vi como dejaba caer a un lado su pareo en la arena, dejando ante mis ojos todo
el esplendor de su tan apetitoso trasero. En ese momento giro, sonriente
levantando una de sus manos para saludarme, mientras me lanzaba un beso con la
otra, justo cuando giraba pude entrever nuevamente sus increíble miembro viril.
El agua recorría desde mi nuca hasta mis pies, arrastrando
consigo cada grano de sal de mi piel. Cerré los ojos dejando mi cabeza flotar,
azotada por la imagen de ese cuerpo delante de mi, turgente, erecto. No se si
eran las palabras de Dudu o realmente el agua bajaba con una temperatura
anormal. Mas que refrescar abrasaba mi piel, abriendo cada poro, relajando mis
músculos, sentí como las piernas comenzaban a flojear y como tenia un deseo
irremediable de tumbarme en el suelo para sentir todo el poder del agua sobre
mi.
Sentía como caía sobre mi vientre, mis pechos, mi cuello, mi
rostro, acariciaba mis piernas, derramándose contra mi vagina, en un goteo casi
precioso sobre mi clítoris que elevaba la temperatura de mi cuerpo, acalorando
cada rincón de mi anatomia, bombeando sobre mis tetas, los pezones me pedían
ser tocados, pellizcados, amasados...en realidad querían ser besados, chupados,
mordidos.....por un momento estaba volviendo a mi aislamiento, volvía a olvidar
el mundo exterior, percibiendo una vez mas como mi sensualidad explotaba dentro
de mi, dejando que mis manos recorriesen mi intimidad tocando y jugando donde
ellas quisieran.
Mientras me perdía en un mal de emociones y sensaciones, una
risa juvenil y un tanto picara invadió nuevamente mi intimidad.
- Lo siento, mientras bajaba vi alguien en la cascada pero
no pude imaginar que estarías tan a gusto – Me comento mientras me soltaba dos
besos casi sin enterarme.
La escena era un tanto surrealista, yo completamente desnuda,
en una playa de ensueño, a miles de kilómetros de casa, disfrutando con un agua
densa y caliente, soltando toda mi
desbordante imaginación, un mozo interesantísimo disfruta de un mar
acogedor, y una rubia desbordante, tapada con la expresión mínima del bikini,
me estampa dos besos sin conocerme de nada.
- No te preocupes – le respondo balbuceante
- Veo que ya conociste a Dudu – me suelta señalando mi mano
sobre mi monte de venus
- Solo me retiraba la sal – intente contestarle
- No te preocupes mujer, te entiendo mejor que nadie, me
ocurre casi todos los días, es verlo y empezar a acariciarme. Por cierto mi
nombre es Regina – volviendo a darme dos besos
- Yo Aruna, encantada....
- Y tanto nada mas hay que verte – dijo mientras soltaba una
risa picara – ahora volvemos, voy al agua por el.....
Me quede nuevamente sola, en ese momento pensé lo que le
gustaría a mi chico ver toda esta situación...Una pareja desconocida, yo, la
playa....la situación no podía tener mas morbo...o quizás si....
- Aruna!!
Muy sensual y atrayente. ..
ResponderEliminarBss
Gracias Dav
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