Bienvenid@s a el Baúl de Elfi, un lugar donde explorar el erotismo y la sensualidad con los cinco sentidos.

domingo, 11 de enero de 2015

La Calidez. Parte 3



El silencio a su alrededor, levemente interrumpido por el suave y melódico trino de aves conocedoras del paraíso, invitaba a continuar disfrutando de ese mágico momento que es el amanecer, la suavidad de las sabanas se extendía por encima de su piel activando dulcemente, poro a poro, cada centímetro de su exuberante cuerpo,  roneante gozaba desperezándose, extendía sus brazos, giraba  muy despacio sobre si misma, sus pies que recorrían cada extremo de la cama empujaban sobre la mosquitera buscando comenzar un nuevo día.
Tras deleitarme con la visión de su figura camuflada bajo los pliegues de la sabana, decidí que la noche para ella aun continuaría, acercándome muy lentamente hacia las ventanas, sintiendo bajo mis pies como la madera a pesar de llevar tan solo unos minutos recibiendo rayos de sol ya comenzaba a subir de temperatura,  cerré las contraventanas y baje las cortinas, quería que descansase, ayer fue una jornada agotadora y el cuerpo necesita también reposo, hoy el despertar lo marcara el aroma del café.





La habitación, era un verdadero placer, bien entrada la noche cuando la selva es recorrida por una brisa fresca, estar en su interior resultaba de lo mas acogedor, gracias a sus grandes cristaleras recogía un gran calor, que invitaba a deleitarse con las excepcionales vistas de la floresta tropical, durante el día, si cerrabas completamente las ventanas permanecía fresca durante gran parte del día, siendo entonces un lugar donde resguardarse del sofocante calor diurno.
Sentía mi cuerpo palpitante, una vitalidad reconfortante recorría todo mi interior, algo en mi quería saltar y comerme el día, sin embargo la suavidad de las sabanas resbalando sobre mi piel despertó el que en principio era un leve recuerdo, seguidamente una ráfaga de visiones aparecieron ante mi, pronto desbocaron y el recuerdo fue tomando forma transformándose en una escena del séptimo arte que se emitía para un publico completamente privado, los turbadores recuerdos dieron paso a mi, tan fácilmente estimulable imaginación.
Súbitamente sentí como mis manos muy dulcemente acariciaban mi vientre, continué mi intima caricia sobre mis pechos, mi cuerpo sentía un fuego nunca antes conocido, todo mi ser resudaba sensualidad, los latidos de mi corazón empujaban mi torso viendo como mis pezones endurecían y mi piel se erizaba, mi mano derecha comenzó nuevamente a bajar lentamente, no podía tomar el control, normalmente despertaba casi sin tomarme nada de tiempo, salía disparada de la cama en dirección a un día mas, hoy no, hoy disfrutaría mi amanecer. Mis ojos se abrieron, tomando conciencia de mi pequeño error, el día ya había comenzado, no para mi que seguía placidamente en la cama, mi gran amor, Philippe, había cerrado completamente las ventanas, creándome un ambiente perfecto para disfrutar aun mas en el mundo de los sueños. 
Una aromática fragancia de café inundaba la habitación, radiante deje que mi manos siguieran su juego, abusando de las yemas de mis dedos, rozaba muy lentamente por encima de mi vello, recordaba el minúsculo tanga de Regina, sin duda tendría que recortar un poco para poder usar uno semejante, si yo creía que mi sofoco no podría ir en aumento me equivocaba, recordar el encuentro de ayer hacia que mi cuerpo se retorciese de placer, vibrando sentí como mis dedos apretaban mis labios, siguiendo con rápidos y rítmicos movimientos sobre mi centro del placer, todo mi cuerpo exploto en un sobrecogedor torrente de impresiones, que iban desde escalofríos, hasta unos temblores que empujaban mi mano sobre mi vulva en un roce cercano a la penetración, la imagen de Dudu apareció fuertemente ante mi, sintiendo como me desvanecía en un orgasmo diferente, largo y fuerte, se sacudía dentro de mi, provocándome espasmos justo en el momento que sentía la mirada de Philippe sobre mi,  su enorme sonrisa mientras daba un sorbo a su taza de café, y el brillo centelleante de sus ojos, me dejaba claro que estaba disfrutando del espectáculo, pero sin duda la excitación latente bajo sus pantalones era la prueba mas fehaciente que el placer era conjunto.

- Buenos días mi vida, ¿qué tal dormiste?
- Hola mi cielo, que rico aroma!!
- Te apetece un poco? – comenta Philippe mientras se acerca a la cama, dejando la taza sobre la rustica mesa de noche para poder abrir la mosquitera.
- Claro!!

Mientras se acerca, me  reclino sobre las almohadas, las sabanas caen dejando mi cuerpo desnudo bañado por la luz de un potente sol que entra por la ventana prometiendo un radiante día, puedo sentir como el calor provoca que las primeras gotas de sudor comienzan a surgir de mi piel, después del fantástico despertar, creo que pronto voy a necesitar una ducha.

- Sabes que me encantas? – pregunta sarcásticamente Aruna
- Nunca me había percatado – comenta altanero, mientras una risa escapa de su boca – no será por el café?
- Por el café también – mientras mueve hábilmente su manos hasta situarlas encima de su virilidad erecta – y por ella..... – comenzando un movimiento para introducirla bajo los pantalones

Mientras la mano de Aruna entra, siento como su piel emite un calor intenso, ingenuamente situó mi mano sobre su frente, esta hirviendo, la beso en los labios y puedo sentir como su boca es puro fuego

- Te encuentras bien? – Pregunta Philippe inocentemente
- Por supuesto... acaso no me ves bien? – mientras coqueta acomoda su cabello sobre sus finos hombros y continua insinuante jugueteando con la mano entre sus piernas, sube delicadamente dejando que sus uñas se deslicen sobre la piel, es un movimiento sutil, pero consigue que bajo los pantalones su miembro pugne por escapar.
- Si sigues por ahí no salimos de la cama....
- Acaso tienes algo que hacer? Recuerda que si estamos aquí, es para relajarnos un tiempo.... – sus manos, mostrando una maestría propia de una profesional, había comenzado un movimiento de sube y baja sobre su pené que provoco que las caderas de Philippe se acompasasen, provocándole un placer enorme, acercando su feliz cara hacia Aruna, comienza a besarla apasionadamente.
- Solo quería acercarme a por algo de fruta y verdura... puedo salir dentro de un rato

No pude evitar lanzarme encima de el mientras pronunciaba las ultimas palabras, coloque firmemente mis piernas a ambas partes de su cadera, uniendo mi sexo con el suyo,  exceptuando mi camiseta todo mi cuerpo  desnudo insistía en buscar el contacto de la piel de mi amante, mientras masajeaba mis pechos, podía ver el morbo reflejado en su rostro, el contacto con sus duras manos hizo que mis pezones presionaran sobre la tela, pasando las manos bajo mis brazos, cruzo sus manos sobre mi espalda aferrándome hacia el, su pene, oculto bajo sus pantalones, frotaba en un movimiento circular que habría paso en lo mas intimo de mi cuerpo, no podía soportar mas, necesitaba sentirlo dentro, lo necesitaba ya....

Aruna había atrapado en su interior todo el calor del trópico, su piel ardiente, me contagiaba un intenso calor, casi sofocante, mi cuerpo en un intento por refrigerarse, comenzó a sudar, sudor que parecía aumentar su excitación, sus labios recorrían mi piel, absorbiendo cada gota, besándome, mordiéndome, tras deslizarse ágilmente hacia atrás, situó cada mano a un lado de los pantalones y mientras clavaba sus ojos sobre los míos, comenzó a bajarlos dejando toda mi sexualidad junto a su boca, tras un par de dulces caricias y algún tímido beso, comenzó a meterse el inicio de mi miembro entre sus labios, en un movimiento acompasado con los empujones que lanzaban mis glúteos, podía sentir todo el calor de su interior que me excitaba de sobremanera, sentía como vibraba en su boca en un intento de introducirse mas adentro, mi pie había quedado colocado justo bajo ella, rozando justo donde se encuentran las piernas, provocando que de vez en cuando un jadeo provocase que mi pene entrase aun mas en su interior. La humedad y el calor que reinaba en su vulva facilitaba el roce, siendo mi dedo gordo el pionero en visitar su interior, introducía la punta buscando su confirmación, la cual me transmitió empujando ella misma en busca de una mayor satisfacción, lo oprimía con ganas queriendo tenerlo completamente dentro de ella. Aruna emitía sensualidad, una sensualidad arrolladora que provocaba que todo mi ser vibrara ante el pensamiento de estar en su interior, no era la misma que otra tantas veces, estaba decidida a coger las riendas y galopar tal cual lo haría una amazonas  a lomos de su corcel.

Tras volver a situar su cara a la altura de la mía y fundirnos en un tórrido beso inundado de sexualidad, introdujo resuelta su mano entre nuestros cuerpos agarrando mi sexo y colocándolo a la entrada de su maravillosa cavidad interior, comenzó a torturarme en un rítmico movimiento de caderas, en el que tan solo permitía que la punta de mi masculinidad entrase en su magnifico jardín. Tras colocar sus manos sobre mi pecho y reincorporarse, comenzó un frenético baile gobernado por sus lumbares, mientras sus glúteos apretaban y soltaban, provocando que mi pene se abriese camino en su ardiente interior. 



Podía sentirle como muy lentamente penetraba, rozaba a su paso elevando mas aun la calidez que emitían las paredes de mi interior, sentía como las orejas me ardían, necesitaba sentir sus labios sobre mi piel, sentir como sus dientes agarraban mis lóbulos, como estiraban mis cartílagos, el erotismo y la sensualidad estaban dentro mía, por fin volvía a sentirme yo misma, estaba repleta de vida, y pronto repleta de el, con sus manos sobre mis glúteos, apretaba en busca del placer definitivo, de soltar su elixir dentro de mi..... el rítmico y acelerado balanceo bajo mi, provocaba un cálido y fluido torrente que descendía de mi interior sobre su miembro, derramándose sobre su cuerpo. Reclinando su cuerpo, comenzó a morderme los pezones como si los quisiera arrancar, el contacto de sus dientes resultaba placentero, descargas eléctricas recorrían mis senos en una mezcla de placer y dolor, sus ojos penetrantes buscaban mis rostro entre mis cabellos, que danzaban alegres entre nuestros rostros,  tras el primer contacto visual, sentí como de mi interior  fluía una serie de orgasmos cortos e intensos, que inundaban mi estomago retorciendo mi interior, buscando rellenar cada hueco de mi intimidad.


Podía sentirla vibrar sobre mi, creo que nunca la sentí irse de tal forma, la fragancia que emitía, dulce y salvaje, levantaba lo mas primitivo de mi ser, arremetiendo ferozmente contra ella, elevándola sobre mis brazos una y otra vez, me deshice en su interior, soltando toda mi pasión, inundando su vagina con todo mi liquido seminal, seguí los movimientos hasta sentir como la extenuación recorría mis músculos, no podía moverme, pero todo el erotismo reunido hacia que mi sexualidad permaneciese firmemente en su interior.

Tras unos apasionados besos y unos mimos reconfortantes, salió de la cama en un felino movimiento para deslizar la mosquitera sobre su cabeza, se reclino dejándome ver su precioso trasero, así como la belleza de su sexualidad, sus labios, rojos y abultados, además de expuestos tras el ultimo rasurado, resultaban de un apetitoso sin igual, se me hacia agua la boca y los instintos animales volvían a latir en mi.


- De veras te vas a ir y dejarme así? – comento Philippe señalando su nuevamente abultada entrepierna
- Claro... así me buscaras dentro de poco....

Girándose sobre la puerta del baño, llevándose la mano hacia sus labios, para lanzarme un cálido y largo beso, su amplia sonrisa fue lo ultimo que vi tras desaparecer en su interior, era pura magia y me tenia completamente enamorado. Mientras me dirigía hacia la planta baja, relajaba mi vista con la fantástica panorámica que tenia ante mi, un instante después olí un familiar olor a incienso, un olor único que hacia demasiado tiempo no había podido disfrutar, y lo ultimo que podía imaginar era que Bianca, tras tanto tiempo estuviese nuevamente en nuestro hogar, bajando precipitadamente los grandes escalones, me la encontré sonriente disfrutando de una taza de café, reclinando la silla sobre la pared, dejando ver sus dos majestuosas piernas, coronadas por un pequeño pantalón blanco y su firme y poderoso vientre, disimulado por una camiseta raida, sus pechos, parecían mayores que nunca, apretaban la camisa dejando poco lugar a la imaginación, cuando por fin llegue a su cara, tenia la misma maliciosa sonrisa de siempre y los rizos de su pelo, se extendían mas allá de lo que nunca vi....evidentemente quede con cara de lelo
- Vaya manera de recibir a las amigas.... – soltó mientras saltaba sobre mi......


Wald Elfi






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