Bienvenid@s a el Baúl de Elfi, un lugar donde explorar el erotismo y la sensualidad con los cinco sentidos.

miércoles, 21 de enero de 2015

La Calidez. Parte 6

Por fin volví a sentir su piel rozando la mía.
Las puntas de los dedos de mis pies, juguetean en las grietas del viejo tronco reconvertido en cómodo sofá, los grandes almohadones que sirven a la perfección en su función de colchón le dan el confort necesario para dejar correr el reloj a su libre elección.
Hacia tanto que no disfrutaba con su compañía. Me transmite una fuerza que recupera la mejor versión de mi misma en el acto, tan solo su presencia es necesaria.
Puedo verla como con una tremenda habilidad recoge su pelo en una alta coleta, debido a su enorme volumen sobresale a ambos lados de su bien proporcionada cabeza.
Embadurna sus manos en su aceite de Ylang-Ylang , su hechicero aroma floral con toques de madera, no demasiado dulce como para resultar pesado, un perfumé que simplemente acabas anhelando.
Muy lenta y delicada, se sienta tras de mi, cruzando sus piernas muy cerca de mi cabeza. Sus brazos se extienden sobre mis costados, roza mis senos con el lateral de sus codos mostrando su habitual timidez inicial , deja su manos reposar en mis caderas, empleando la yemas de sus dedos para ejercer una leve presión surca mis crestas iliacas, a un ritmo tan extremadamente lento que mis sentidos van reaccionando pausada pero con creciente intensidad.
Mi respiración se comienza a entrecortar, quiero hablarle, deseo oír salir los melodiosos sonidos de su boca, pero el sentir sus manos sobre mi, me hace perder la cabeza, una envolvente fuerza no me permite emitir palabra entendible, solo una consecución de templados gemidos.
La palma de su mano amasa mi vientre, puedo sentir como mis abdominales responden a la presión, tras pedirme que suelte el aire comienza a oprimir mis costillas buscando sacar con el aire de mis pulmones cada rastro de tensión.
Su paso por mis senos es fugaz, tan solo deja sus manos un instante reposar en una especie de intercambio energético entre ambas, su rostro desciende, para otorgarme el placer de un cálido y romántico beso.
Como pretendiendo no aumentar en demasía nuestra ya elevada pasión, realiza una serie de movimientos dirigidos a relajar mis músculos pectorales. A cada presión de sus dedos en mi carnes, mis músculos reaccionan recolocándose, el constante hormigueo que siento en el cuello comienza a desaparecer.
Sus manos en el cuello son pura poesía.
A pesar de la distancia con el mar, puedo oír las olas rompiendo sobre la arena como si estuviésemos allí mismo.
Un escalofrió recorre toda mi espalda cuando comienza a tirar suave, delicada, con una fragilidad que ella solo domina, de mi nuca hacia ella, puedo respirar con mayor libertad, la punzante presión que condicionaba algunos de mis movimientos parece desaparecer.  El calor de la palma de su mano bajo mi cabeza ayuda aun mas a relajar mi musculatura.
Sumergiéndose bajo mi, avanza como si mi peso corporal no respetase las normas establecidas por la gravedad, parece serpentear sanando cualquier rastro de dolor que haya a lo largo de mi anatomía.
El placer ascendente provoca que la temperatura de mi cuerpo actue en concordancia. La noción del tiempo desaparece de mi mente, dejándome una vez mas bajo su erótico influjo.
Teniendo sus brazos sumergidos bajo mi en su totalidad, roza sus labios contra mis mejillas, susurrándome su amor por cada detalle de mi cuerpo. Centímetro a centímetro llega de nuevo hasta mis labios, su boca ardiente y carnosa, se acopla sobre la mía.
El desplazamiento de sus manos por mis riñones, empuja los gemidos que se acumulan en mi profundo interior. Amorosa y tierna, comienza ascender una vez mas clavando sus dedos en las ondulaciones de mis costillas, recorriéndolas una a una. Sus manos delicadas, se convierten en firmes puños que presionan mis axilas provocando el libre movimiento de mis brazos.
Derramando gota tras gota sobre mis senos y brazos, con una cadencia agobiante, a la que mi cuerpo reacciona estremeciéndose con recato, prosigue alargando el momento hasta que abro los ojos penetrando con mi mirada los suyos indicándole que devolviese sus manos a mi piel.
Obediente, como no suele ser normal en ella, su tiernas y perfumadas manos vuelven a ejercer la labor para la cual estaban concebidas, masajeando con seguridad y dulzura lo zona exterior de mis pechos, que visiblemente excitados muestran mis pezones oscurecidos y pétreos.  Deslizándose, arriba y abajo, combinando deslizamientos ligeros con tan solo la yema de sus dedos con firmes contracciones en las cuales situando la manos extendidas sobre mi busto a semejanza de un corsé presiona mi caja torafica obligándome a expulsar hasta el ultimo suspiro de aire.
Empiezo a sentir el silencio en mi, cada uno de mis pensamientos comienza a desaparecer.
Poder gozar con el movimiento de sus finos y ágiles dedos sobre mi cara, estimula mis sentidos como si de la zona mas erógena de mi cuerpo se tratara, el contacto sobre mis labios, mis pómulos, mi barbilla, los músculos de la mandíbula, bombardeaba endorfinas por físico.
El final de este momento fue marcado por un beso con sabor a dulce caramelo.
Mientras deja un sedoso y acogedor pareo sobre mi, y susurrarme que la aguardara un par de minutos, que enseguida volvería, cubre mis ojos con un pañuelo de la misma noble tela.
Casi con un sollozo le ruego que no pare, necesito su contacto mas que nunca....demasiadas sensaciones en los últimos días estan llevando mi cuerpo a un mundo casi olvidado, donde los placeres del cuerpo se desarrollan uniendo fantasía y realidad.

- Shhhhhhhhhh – es lo único que dice, emitiendo un sonido casi inaudible.

Antes  que mi mente vuelva a reaccionar, siento sus pisadas sobre los gordos escalones de madera, como una gacela por las praderas, avanza fugaz hasta situarse junto a mi.

- Me has echado de menos cariño?
- Desde el momento que te fuiste – contesto sonriente igual que siempre que estoy a su vera
- Continuemos entonces – su voz a adquirido ese punto dominante que tanto hace disfrutar a mi cuerpo – gírate corazón, le toca el turno a tu espalda...

Sin realizar preguntas, sumisa, situó mi cuerpo en la posesión indicada, con la intención de estirar mis vértebras lumbares, coloca una almohada bajo mi vientre, elevando y exponiendo mis zonas intimas tras quedar mis nalgas expuestas.
Colocándose tras de mi para empezar tan placentera labor, no puede evitar morder intensamente mis glúteos

- Me encanta marcar mi territorio - con una voz tan tierna que no puedo creer que fuese la misma mujer que acababa de hincar sus dientes sobre mi piel.

Tras esparcir la dosis de aceite correspondiente sobre mi espalda, glúteos y piernas, una ráfaga eléctrica recorre toda la longitud de mi cuerpo naciendo de un solo origen, la presión de sus puños en el centro de mis glúteos, coincide con la zona mas sensible del nervio ciático, espasmódicas contracciones tienen lugar en mis piernas y nalgas, un placer mezclado de dolor, que deseo no tenga fin. 
Pasan los minutos y Bianca, conocedora de la anatomía humana, tanto femenina como masculina, a conseguido transformar mi ardiente pasión en un manso sueño.
La calidez que emiten sus manos desprenden sustancias sedantes a su paso, las cuales cumplen a la perfección con su misión, me encuentro totalmente entregada a sus deseos, jamás pude resistir a sus encantos.
Se coloca justo detrás de mi, cuando estando situadas sus manos sobre mis caderas, sus rodillas conectando con mis muslos por la zona exterior,  y sus pies aferrándose fuertemente por encima de mis gemelos siento una inédita presión sobre mi sexo.
Vuelvo mi cara buscando entender.
Algo no cuadra es ella, esta tal y como había estado cinco minutos antes.
No es una de las tantas veces que tras excitar lo mas profundo de mi ser, Philippe se une aportando toda su explosiva sexualidad.
Su gesto inmutable, solo cambia para lanzarme desde sus provocadores labios, un beso que siento llegar de inmediato.
Giro nuevamente mi cara dejándola reposar contra la mullida almohada.
La presión desaparece, continuando Bianca sus etéreos movimientos.
Morbosa como le gusta ser, la amenaza vuelve hasta mi húmeda hendidura, no lo puedo comprender, aunque tampoco me esfuerzo en conseguirlo. Como si fuera un verdadero miembro masculino, siento como se deslizaba pausado desde mi jugosa vulva hasta mi zona anal, intento girarme, pero me susurra que no me debo preocupar, no hará nada que no me guste, deja su cuerpo caer sobre el mío, siento como alojada entre mis nalgas, una presencia masculina me hace arder en deseos.
Puedo oler levemente como una fragancia a mora llega hasta mi, pero al contrario que otras veces, esta vez se derrama sobre el orificio prohibido y resbala hasta lo mas caliente de mi ser. El aceite comestible es una de mis debilidades, me encanta cubrir un cuerpo desnudo y sumergir mi lengua en el universo del sabor.
Una punzada recorre mi espina vertebral en dirección a mi cabeza.  Con una habilidad digna de una maestra del sexo, su recién adquirido miembro viril, comienza a dilatarme, a pesar de mi mente no poder entender, todo el resto de mi cuerpo sucumbe sin remedio.
- Ya se lo que se ocultaba bajo los envoltorios de papel...
El recorrido que emprenden sus manos subiendo por mi espalda hacia mi cuello, vuelve a desconectar mis alarmas.
Una vibración, natural, casi humana, azota mi ardiente sexualidad, provocando un extraño placer, es un placer intimidador, no solo es  puro gusto, si no un momento sobrecogedor, donde intercambiando el sentido y significado de uso, me dejo llevar absorta por el puro deseo.
Lenta y metódicamente, introduce milímetro tras milímetros, en un delirante juego de tira y afloja.
-Te amo corazón, disfruto tanto..... – sabe que su voz me ganara ahora y siempre, por eso, no duda de usarla en su ventaja.
- Hazme tuya Bianca...
La con anterioridad lentitud con la que me penetraba, se transforma en una serie de profundas acometidas, donde apoderándose el mas lujurioso de los deseos de todo mi sistema nervioso, puedo sentir como se acopla a mi con tremenda facilidad, un desmedido orgasmo grita por salir de mi interior, desatando la locura por mi boca, una consecución de gemidos y suspiros salen atropelladamente perdiéndose en el universo.
Sus manos vuelven a deleitarme, pero esta vez el instrumento que toca es mi endurecido y palpitante clítoris, llega hasta el apareciendo de la nada, sus movimientos parecen imperceptibles, pero una electricidad magnética viaja desde sus dedos hasta mi sexo.
Aunque no puedo creerlo, mi amante y compañera, adaptable y camaleónica, hunde su miembro en lo mas profundo de mi anatomía. Siempre supe que su lado masculino estaba muy desarrollado, era algo sublime. 
Continua penetrándome, delicada y firme, lenta y suave, mientras unos maravillosos e intensos orgasmos, evidenciaban mi creciente receptividad.

- Quiero verte cariño! – exclama imponente, obligandome a girar hasta quedar cara a cara, tras bajar mi vista, veo como de su zona pélvica, un generoso y precioso aparato masculino de un tierno color rosa, se muestra ante mis ojos desafiante, aferrado a ella gracias a un cinturón que recorre toda su cintura.

Tras colocar todo mi cuerpo extendido boca arriba, elevo mis piernas sobre sus hombros, con un ritmo y una intensidad propia del mas salvaje macho, continua usando mi feminidad. Nuestros recién adquiridos roles, empiezan a compaginarse a la perfección, sus movimientos van acompasándose con el contoneo de mis caderas, siento como me envuelve un torbellino de éxtasis.
Enajenada o cuerda, el libidinoso encuentro parece ser infinito.
¿Qué motivo me a llevado a perderme semejante delicia? Una oleada de dicha y felicidad sacude mi cuerpo, pidiéndole cándidamente como si de un varón se tratase que se corriese en mi interior, la caricia que su dedo gordo propicia sobre mi ya sobreexcitado clítoris, me provoca tal corrida que toda la extensión de su juguete rosa es nuevamente lubricado, resbalando en mi interior con una facilidad asombrosa, sacando hasta el ultimo centímetro, deliciosa, recoge la mayor cantidad del espeso fluido que ante mi perplejidad sale de mi vagina.
Abrazadas, saciadas, sudadas, caemos en los mas profundos sopores oníricos , sintiendo nuestra alma rebozar de felicidad y plenitud. 

Ver parte 5

Ver parte 7
Wald Elfi


2 comentarios:

  1. Hace unos días que no vengo pero he hecho un pequeño repaso dentro del poco tiempo que tengo. Sabes que me gusta mucho cómo escribes y agradezco que publicites tus entradas en la Comunidad porque eso me permite venir y disfrutar de tus letras.
    Besos.

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    1. El placer es y sera siempre nuestro de poder compartirlos con ustedes, muchas gracias por dedicarnos parte de tu tiempo, la escritura es una afición completamente nueva para nosotros y tus comentarios nos motivan para continuar.
      Besos y un fortísimo abrazo.

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