Bienvenid@s a el Baúl de Elfi, un lugar donde explorar el erotismo y la sensualidad con los cinco sentidos.

martes, 6 de enero de 2015

La Calidez. Parte 1

La tarde cayo pronto, sin saber como había llegado hasta allí estaba disfrutando sin comparación posible de un espectáculo sublime, uno de los momentos mas placenteros de los últimos tiempos, sus sentidos palpitaban con los matices del horizonte, podía oír su corazón  latir acompasado con los sonidos que emitían las olas al chocar contra la orilla, la espuma brotaba entre las olas en el justo momento que caían contra la bajamar soltando vapores que se fundían con el brillo fulgurante de un sol que hacia poco se puso dejando sus dominios al influjo de la luna.

El rugido de la selva se podía sentir a sus espaldas, cientos de sonidos intercaladas en la mas armoniosa sintonía, llenando los oídos, callando la mente, elevando el alma. Los tonos rojizos inundaban el entorno, podía sentir como los ojos se relajaban mientras la intensidad de luz convertía el lugar en un sitio acogedor, intimo, mi rincón en el mundo.
A mi derecha podía disfrutar de una postal soñada....la selva cayendo sobre la playa blanca, el oscuro rió  zigzagueando por la arena, conectando la floresta mas salvaje con el mar, las potentes olas embistiendo una y otra vez, empujando el agua sobre la arena, dibujando miles de formas a su paso.
Mi izquierda era un lugar frecuentado, unas grandes piedras pulidas por el juego entre la arena y el mar habían creado un altar mágico, los pilares estaban compuestos por unas placas lisas encastradas a dos grandes bloques que a su vez ejercían el papel de columnas, desde arriba por la zona central brotaba profusamente un agua burbujeante que formaba una poderosa catarata, siempre permanecía muy cálida, tanto que en la estación fría cuando la temperatura rara vez baja los veinticinco grados y el agua del rió baja algo mas fresca de lo habitual, es común ver la población nativa bajar para tomar sus baños en esta agua casi termales.
En esta ocasión, al contrario de otras muchas, me encontraba algo mas resguardada de lo normal, no se si el calor o la mala noche anterior, pero me encontraba despertando de una siesta reparadora, y el momento no pudo ser mejor.
Bordeando la catarata el paso del tiempo y sobre todo de los visitantes se había formado una tosca escalera tallada en la misma piedra, la separación entre los escalones y el largo y dificultoso sendero hasta llegar allí, convertían la playa en un lugar exclusivo de gente en buen estado físico o gente de mar, que arribaba hasta aquí en las mas variopintas embarcaciones.

Con el juego de luces no pude diferenciar quien descendía entre los escalones, podía adivinar dos piernas poderosas, un cuerpo fino y trabajado y una cabellera larga, pero mi situación distante y apartada no me permitía ver mas. Se dispuso a los pies de la caída de agua, dejándose atrapar por el poderoso torrente que fluía limpiando su piel, su cabello, movía sus manos sobre su cuerpo delatando que aprovechaba el momento para tomar el baño del día, era curioso pero la silueta me resultaba extrañamente conocida. Decidí volver a tumbarme sobre mi pareo, era un momento mágico, por el este podía ver como la oscuridad avanzaba mostrando las primeras estrellas sobre un fondo azul terciopelo, los últimos tonos cobrizos bañaban las aguas del mar inundándolo todo con un terrible calor que a pesar del acecho de la noche parecía ir en aumento. El sonido de la selva crecía por momentos llegando a convertirse en un sonido mas industrial que melódico, una suave brisa comenzó a levantarse invitando a la vegetación a un baile acompasado, rítmico, casi sensual.

Súbitamente me sentí bloqueada, un fino y largo hilo de mi pareo se enredo con mi pierna, dándome la sensación de ser agarrada. Menudo susto me lleve, sentí como mi bello se erizaba, como mi corazón casi se para, y un frió sudor empieza a recorrer mi espalda, un simple hilo fue capaz de activar todo mi ser, de repente todo mi cuerpo se lleno de vida, del susto pasajero mi imaginación empezó a fantasear con la posibilidad de que alguien me hubiese tocado en realidad, que hubiese dejado su mano sobre mi, comenzando en una acaricia suave, recorriendo toda la longitud de mi pierna, descubriendo cada rincón de mi piel......en ese preciso momento un estruendoso sonido saco todo mi ser de ese momento tan intimo, en el pueblo cercano las fiestas patronales eran celebradas con efusión, festejando la mas popular de sus celebraciones la primera luna llena de verano.... decidí que era el momento perfecto de tomar un largo baño y relajar el cuerpo disfrutando del calor del agua estival, tras levantarme observe como la catarata estaba totalmente despejada, pensé que seguramente tras la ducha el joven volviese hacia el pueblo, limpio y dispuesto a una noche de baile, bebida y fiesta.

Bajaba de la duna donde me encontraba disfrutando con la sensación de mis pies al hundirse en la arena, la fragancia de las flores inundaba mis sentidos, y la postal ante mis ojos relajaban mis pensamientos. En el momento que el agua toco mis pies no pude resistir correr al encuentro del mar, me zambullí sobre el agua sintiendo en ese momento como confiada por mi soledad y la hora que era no le di la menor importancia a encontrarme desnuda jugando entre las olas, me relaje pensando que ya era tarde y que nadie me vería en ese estado. Tras dejar mi cuerpo satisfecho de agua, emprendí el regreso hacia la orilla, dejándome llevar mientras la fuerza del mar me empujaba en todo mi interior, tocando profundamente toda mi intimidad, por un momento sentí que quería entrar dentro de mi.... una vez llegue donde el océano y la tierra se funde en uno, me incorpore y me puse dirección al chorro de agua dulce que caía desde lo alto de las piedras, quería limpiar toda la sal de mi piel, no me podía permitir otra noche privada de sueño.

Casi llegando me percate de que no solo el joven no se había ido si no que en ese momento se encontraba en un momento un tanto personal, se encontraba apoyado contra los pilares, se le veía cómodo sobre todo por el estado en el que se encontraba su miembro, estaba masturbándose a menos de cinco metros de mi, y yo parada boquiabierta y sin saber que decir.
Sin duda el tamaño de su miembro tuvo buena culpa de mi estado, jamás había visto cosa igual, mis propios pensamientos me llegaron a ruborizar...quería tirar me sobre el, devorarlo, comerlo, sentirlo en mi boca..... pero mi moral o no se que me impedían seguir mis instintos mas salvajes y provocadores..... también saber que mi marido esta a no mas de diez minutos de aquí.....cuantas veces me había dicho de traer a un hombre de color para satisfacer mis apetitos mas voraces......y ahora allí estaba frente por frente.... un suspiro broto de entre mis labios y el joven exaltado, quiso recomponerse y taparse, moviéndose bruscamente y resbalando con la piedra pulida... en ese momento pude verle el rostro...ya decía que me parecía familiar se trataba del joven que vi bailando la noche anterior en uno de esos típicos espectáculos tan brasileños que juntaba lambada, samba y algún baile típico africano... cuando se repuso y por fin recupero la compostura, su cara de asombro subió dos tonos tras percatarse de mi desnudez, sus ojos me recorrieron centímetro a centímetro deteniéndose especialmente en mis pechos y mi sexo. Levantándose y comportándose con total normalidad se vino hacia mi y se presento:

- Mi nombre es Dudu – dijo con una voz varonil que rápidamente me transmitió seguridad – Disculpa mi comportamiento creí estar solo en la playa...
- No te preocupes hombre, culpa mía por no verte antes....soy Aruna... además es algo natural.

Extendió su mano hacia mi y yo le respondí igualmente, sus dedos eran grandes, potentes, vigorosos, su mano transmitía fuego en ese momento callo en la cuenta que era la misma mano que estaba usando durante su masturbación. Rápidamente la retiro mostrando claramente como se ruborizaba por lo que acababa de hacer.

- Mis mas sinceras disculpas – expreso Dudu
- Nada hombre – dije mientras se me escapaba una sonora carcajada – total, iba para la ducha de todos modos – comente mientras señalaba la cascada de agua que caía junto a nosotros.
- Pues adelante, hoy viene mas caliente que de costumbre, que la disfrutes – me dijo mientras se disponía camino del mar

Me dispuse a entrar bajo el flujo de agua mientras me deleitaba con la hermosa figura que veía irse , tenia una melena rizada muy semejante a la de mi chico, unos hombros torneados y trabajados daban paso a una espalda gigantesca, esculpida hasta el mas mínimo pedazo, justo donde comenzaba su pareo se insinuaban dos grandes y fuertes glúteos, que a su vez coronaban dos largas y bien formadas piernas, justo cuando llegaba a sus pies, vi como dejaba caer a un lado su pareo en la arena, dejando ante mis ojos todo el esplendor de su tan apetitoso trasero. En ese momento giro, sonriente levantando una de sus manos para saludarme, mientras me lanzaba un beso con la otra, justo cuando giraba pude entrever nuevamente sus increíble miembro viril.

El agua recorría desde mi nuca hasta mis pies, arrastrando consigo cada grano de sal de mi piel. Cerré los ojos dejando mi cabeza flotar, azotada por la imagen de ese cuerpo delante de mi, turgente, erecto. No se si eran las palabras de Dudu o realmente el agua bajaba con una temperatura anormal. Mas que refrescar abrasaba mi piel, abriendo cada poro, relajando mis músculos, sentí como las piernas comenzaban a flojear y como tenia un deseo irremediable de tumbarme en el suelo para sentir todo el poder del agua sobre mi.
Sentía como caía sobre mi vientre, mis pechos, mi cuello, mi rostro, acariciaba mis piernas, derramándose contra mi vagina, en un goteo casi precioso sobre mi clítoris que elevaba la temperatura de mi cuerpo, acalorando cada rincón de mi anatomia, bombeando sobre mis tetas, los pezones me pedían ser tocados, pellizcados, amasados...en realidad querían ser besados, chupados, mordidos.....por un momento estaba volviendo a mi aislamiento, volvía a olvidar el mundo exterior, percibiendo una vez mas como mi sensualidad explotaba dentro de mi, dejando que mis manos recorriesen mi intimidad tocando y jugando donde ellas quisieran.

Mientras me perdía en un mal de emociones y sensaciones, una risa juvenil y un tanto picara invadió nuevamente mi intimidad.

- Lo siento, mientras bajaba vi alguien en la cascada pero no pude imaginar que estarías tan a gusto – Me comento mientras me soltaba dos besos casi sin enterarme.

La escena era un tanto surrealista, yo completamente desnuda, en una playa de ensueño, a miles de kilómetros de casa, disfrutando con un agua densa y caliente, soltando toda mi  desbordante imaginación, un mozo interesantísimo disfruta de un mar acogedor, y una rubia desbordante, tapada con la expresión mínima del bikini, me estampa dos besos sin conocerme de nada.

- No te preocupes – le respondo balbuceante
- Veo que ya conociste a Dudu – me suelta señalando mi mano sobre mi monte de venus
- Solo me retiraba la sal – intente contestarle
- No te preocupes mujer, te entiendo mejor que nadie, me ocurre casi todos los días, es verlo y empezar a acariciarme. Por cierto mi nombre es Regina – volviendo a darme dos besos
- Yo Aruna, encantada....
- Y tanto nada mas hay que verte – dijo mientras soltaba una risa picara – ahora volvemos, voy al agua por el.....

Me quede nuevamente sola, en ese momento pensé lo que le gustaría a mi chico ver toda esta situación...Una pareja desconocida, yo, la playa....la situación no podía tener mas morbo...o quizás si....

- Aruna!!

No me lo podía creer, solo acababa de pensar en el y allí estaba...





Wald Elfi
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